La importancia de la hidratación en verano

DOCSALUD.COM/ Cada individuo tiene unas necesidades específicas de hidratación en función de factores como la edad, el sexo, el metabolismo, el nivel de actividad física y las condiciones ambientales.  Estas necesidades aumentan en ciertos grupos de población como los ancianos, los niños o los deportistas.

Las personas mayores, los niños y los adolescentes son especialmente vulnerables a las consecuencias de la deshidratación, ya que en el caso de los mayores su mecanismo de detección e identificación de la sed está deteriorado, mientras que en los niños este sentido aún no se ha desarrollado lo suficiente. Por eso, es necesario controlar que estos colectivos ingieran la suficiente cantidad de líquido, incluso sin tener sed.

Es necesario beber antes de tener sed. Sólo con que el cuerpo pierda el 1% de líquidos aparece la sensación de sed; si esta pérdida es del 2%, se reduce el rendimiento y la resistencia y a partir del 5% se puede producir una aceleración del ritmo cardíaco, apatía, vómitos y espasmos musculares.

Durante el verano se vuelve necesario acompañar los cambios de adaptación a las altas temperaturas que exige el organismo con una alimentación acorde. La sudoración es el principal mecanismo de defensa que el cuerpo pone en funcionamiento contra la elevación de la temperatura corporal. Su manifestación más obvia es la pérdida de agua, sin embargo, en ese proceso se pierden también sales minerales como sodio, potasio y magnesio fundamentales para un funcionamiento corporal equilibrado.

Por ello, se recomienda incluir el mayor número de bebidas posible para favorecer la ingesta total de líquidos. Para las personas sanas, dependiendo de la edad y de la actividad física, además de agua, se recomienda consumir infusiones, refrescos, jugos y lácteos, entre otras. Esto puede ayudar a alcanzar la cantidad de líquido diaria necesaria.

 La hidratación con agua debe ser acompañada del consumo de frutas y verduras que aporten este requerimiento adicional de sales minerales. El potasio está presente en la banana y el tomate, siendo los cítricos una excelente fuente de magnesio.

 Las bebidas alcohólicas, aún aquellas de baja graduación, no son la mejor opción para lograr una buena hidratación. El alcohol tiene un efecto diurético, razón por la cual aumenta la pérdida de agua por orina.

Como regla general por cada kilo de peso corporal se requieren 31.5 ml de agua, aumentando levemente su consumo con el aumento de las temperaturas (medio litro diario más sería suficiente).

En el caso de los deportistas, una correcta hidratación es fundamental a la hora de desarrollar cualquier tipo de actividad física, así como una buena rehidratación durante y después de la misma. Durante el ejercicio físico puede desaparecer la sensación de sed, pero esto no significa que el organismo esté hidratado. La falta de líquidos puede aumentar la fatiga, disminuir el rendimiento, o provocar un golpe de calor al disminuir la capacidad de termorregulación del organismo. Por ello, un buen consejo es el de pesarse antes y después de realizar ejercicio e ingerir una cantidad de líquido igual a 1,5 veces el peso perdido.

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