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Ical El grupo de investigación de Envejecimiento, Neurociencia y Lógica Aplicada (GENLA) de la Universidad de León, junto con el grupo del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva y Computacional de las universidades Complutense y Politécnica de Madrid acaba de publicar una investigación en la publicación Nature Scientific Reports en el que se recoge el rastro cerebral del razonamiento deductivo válido.
El estudio se llevó a cabo midiendo la actividad cerebral mediante EEG y MEG de 20 adultos mientras participaban en un juego de cartas cuyo objetivo era formar un Set con tres cartas donde cada una de las características debe ser igual en todas ellas o diferente en cada una de ellas. Los resultados confirman que sí hay actividad eléctrica especifica localizada espacial y temporal en el cerebro en el razonamiento deductivo válido. Concretamente alrededor de los 400 milésimas de segundo en el área prefrontal-medial derecha, la región del cerebro directamente relacionada con el control de la atención y donde se acentúan las diferencias neurales entre el razonamiento válido y no válido.
El objetivo de esta investigación era verificar si las deducciones lógicamente válidas dejan algún rasgo eléctrico cerebral que sea distinto del rasgo dejado por las deducciones no válidas. Así, permite comprobar que en el razonamiento deductivo no intervienen áreas lingüísticas, es decir, que cuando se razona no se atiende al contenido semántico sino a reglas lógicas. Aún más, el rastro cerebral del razonamiento deductivo permite identificar cuando las personas razonan correctamente o no.
Los experimentos se llevaron a cabo en laboratorios de Madrid y León, donde se replicaron distintas técnicas de neuroimagen. Durante el estudio se comprobó que los procesos deductivos lógicamente válidos son automatismos lentos con escasa demanda eléctrica en el cerebro y con un tiempo de reacción significativamente superior. Una comprobación que sugiere a los investigadores que los procesos de razonamiento válido se corresponden neuralmente con procesos recursivos.
Los resultados de esta investigación financiada con fondos Feder de la Junta de Castilla y León, repercuten en el ámbito académico, “dado que registrando la actividad cerebral podemos saber cuándo el estudiante razona bien o mal y en este caso cómo corregir el razonamiento”, explican los investigadores Salto Alemany y Carmen Requena.
Sin embargo, su aplicación va más allá puesto que la capacidad fluida de razonar lógicamente se preserva a lo largo de la vida y en ese escenario la investigación también tiene su implicación en el ámbito del envejecimiento, “dado que el razonamiento es un pilar fundamental de la memoria, podremos diagnosticar de modo más preciso si los fallos de memoria en las personas mayores se deben a la memoria propiamente o por el contrario a un razonamiento incorrecto. A partir del diagnóstico se podrá indicar de modo más preciso cuando la persona necesita un programa de estimulación de la memoria o de razonamiento”, matizan ambos investigadores de la ULE.
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