Cuando la vacunación antigripal es ineficaz para prevenir la gripe, todavía podría tener un efecto adicional disminuyendo la severidad de la enfermedad, según un estudio en el que han participado miembros del Grupo de Investigación en Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), del Instituto de Salud Carlos III.
El trabajo, publicado en la revista Eurosurveillance, ha sido liderado por la catedrática Àngela Domínguez, del departamento de Medicina de la Universidad de Barcelona. También han participado científicos de la Agencia de Salud Pública de Cataluña, el Instituto de Investigación Biomédica de Lleida y la Agencia de Salud Pública de Barcelona.
Cada año, entre un 5 y un 20% de la población mundial se contagia del virus de la gripe, que produce entre 3 y 5 millones de casos graves y entre 300.000 y 500.000 muertes en todo el mundo. El nuevo trabajo ha analizado la efectividad de la vacunación antigripal para reducir los efectos más graves de la gripe: el ingreso en unidades de cuidados intensivos (UCI) o la muerte de los pacientes en los que la vacuna no había evitado la infección.
Para ello se han estudiado todos los casos graves de gripe ingresados en doce hospitales de Cataluña entre las temporadas gripales de 2010-2011 y 2015-2016, un periodo en el que fueron hospitalizados 1.727 pacientes mayores de dieciocho años, de los cuales 591 ingresaron en UCI y 223 murieron.
Los resultados muestran que, entre los que requirieron ingreso en UCI o fallecieron, la vacunación fue menos frecuente (21,2 % de los casos) que en el resto de pacientes con sintomatología más benigna, de los que se había vacunado un 29,7 %. De esta forma, la efectividad de la vacunación para prevenir el ingreso en UCI o la muerte del total de los hospitalizados con gripe fue del 23% y, en concreto, en el grupo de los mayores de 65, del 44 %.
“A estos porcentajes habría que añadirles la efectividad de la vacuna para prevenir la gripe. Estos datos refuerzan la necesidad de vacunación antigripal cada temporada para todas aquellas personas que tienen mayor probabilidad de presentar formas graves de gripe, como son las personas de 65 años o más, y en personas con otras enfermedades subyacentes, en quienes la vacuna a menudo no es suficiente para prevenir la infección”, afirman los autores.
Los investigadores señalan que una posible explicación de los resultados sería el papel que desempeña el sistema inmunitario. “Las personas previamente infectadas por el virus o que recibieron vacunas antigripales podrían obtener beneficios, al menos en parte, de la memoria cruzada preexistente de los linfocitos T citotóxicos, que reduciría la gravedad de la infección, incluso en ausencia de anticuerpos protectores”, concluyen.
Fuente: SINC
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