El NutriScore es una herramienta para distinguir los productos saludables de los que no lo son, una especie de semáforo nutricional que ha sido objeto de debate en múltiples ocasiones.
NutriScore consiste en una escala de cinco colores que van del verde (mejor calidad nutricional) al rojo. Estos colores están asociados a cinco letras (A/B/C/D/E) que hacen que el código sea más sencillo de leer. El círculo de mayor tamaño es el que indica la calidad nutricional del alimento.
Los productos se sitúan en uno u otro color siguiendo un algoritmo que pondera del 0 al 10, por un lado, las cantidades de los elementos considerados negativos en un alimento —aporte de energía, azúcares, grasas saturadas y sodio— y, por otro, los positivos: porcentaje de frutas y verduras, gramos de fibras y gramos de proteínas. El número que se obtiene de restar la puntuación total de los segundos a la de los primeros da lugar a la calificación final, más roja cuanto más alta.
Hablamos con la nutricionista berciana Ariadna Méndez para conocer una opinión experta en el tema y es ella quien nos asegura que «todo lo que sea sumar información al consumidor para que pueda tomar mejores elecciones es bueno, pero este sistema cuenta con algunas carencias y es que no podemos catalogar un alimento en si es saludable o no sólo en función de las calorías, grasas, azúcar y sodio, debería de tener en cuenta otros aspectos».
Nutriescore ya fue objeto de debate en 2018 y hace unos meses volvió a estar en el punto de mira, en esta ocasión por el anuncio del Ministerio de Consumo de que prohibirá los anuncios de alimentos mal sanos dirigidos a menores de 15 años usando como criterio de clasificación el Nutriscore, permitiendo sólo los anuncios de alimentos catalogados como A o B.
En 2018 cuando se planteó su posible implantación en España comenzó el debate, ya que llevado a la práctica algunos alimentos salían mal parados como es el caso del aceite de oliva debido a su alto valor calórico y contenido en grasa, y otros no tan saludables salían bien parados como los refrescos zero o light por ser bajos en calorías y no contener azúcar.
Para mejorar el sistema se pretende tener en cuenta como aspectos positivos la presencia de aceite oliva, colza y nuez y también los frutos secos. Tampoco se aplicará a productos de un sólo ingrediente. Pero los refrescos zero seguirán considerándose saludables según el Nutriscore.
Méndez asegura que «lo que me parece positivo de esta herramienta es que nos ayuda a comparar productos dentro de una misma categoría, cómo podría ser el caso de los cereales o los yogures, pero no serviría para comparar alimentos de distintas categorías».